Amedeo Avogadro
(Amedeo o Amadeo Avogadro di Quaregna; Turín, 1776-id.,
1856) Químico y físico italiano. Fue catedrático de física en la Universidad de
Turín durante dos períodos (1820-1822 y 1834-1850). En un trabajo titulado
Ensayo sobre un modo de determinar las masas relativas de las moléculas
elementales, estableció la famosa hipótesis de que volúmenes de gases iguales,
a las mismas condiciones de temperatura y presión, contienen igual número de
moléculas. Determinó que los gases simples como el hidrógeno y el oxígeno son
diatómicos (H2, O2) y asignó la fórmula (H2O) para el agua. Las leyes de
Avogadro resolvieron el conflicto entre la teoría atómica de Dalton y las
experiencias de Gay-Lussac. El número de partículas en un «mol» de sustancia
fue denominado constante o número de Avogadro en su honor.
Orientado por su familia a los estudios jurídicos, y después
de haber practicado la abogacía durante algunos años, en 1800 se sintió atraído
definitivamente por los estudios científicos y en 1809 llegó a ser profesor de
física en el colegio real de Vercelli; años después, en 1820, fue nombrado
docente de física matemática (o física sublime, como se decía entonces) en la
Universidad de Turín.
Fue precisamente en los años transcurridos entre el primer y
el segundo nombramiento, cuando publicó su más famosa memoria: el Ensayo sobre
un modo de determinar las masas relativas de las moléculas elementales, en el
que se enuncia por vez primera el conocido principio de química general que
lleva su nombre. Es de advertir, sin embargo, que sólo medio siglo más tarde
(especialmente por obra de Cannizzaro) se reconoció la gran importancia del
principio citado.
La cátedra de física matemática (o "sublime") y
otras más fueron suprimidas después de las revueltas de 1821, y Avogadro
conservó solamente el título de profesor emérito y una mezquina pensión. En
1832, restablecida la cátedra, fue asignada a Cauchy, quien la desempeñó
durante dos años, y luego se dio nuevamente a Avogadro. En este segundo período
de enseñanza, que duró hasta 1850, el ilustre químico piamontés preparó también
un grueso tratado en cuatro volúmenes, Física de los cuerpos ponderables o
Tratado de la constitución general de los cuerpos, que prefigura genialmente
hipótesis, teorías y leyes atribuidas a autores posteriores. Otras obras
seleccionadas de Avogadro fueron editadas en 1911 por la Academia de Ciencias
de Turín.
Publicado en 1811 en París, en el Journal de Physique, el
Ensayo sobre un modo de determinar las masas relativas de las moléculas
elementales puede considerarse como la pieza clave de las teorías sobre la
constitución de la materia. La hipótesis atómica deJohn Dalton, según la cual
toda sustancia está formada por átomos, había resultado insuficiente para
interpretar las observaciones experimentales deGay-Lussac sobre las
combinaciones entre cuerpos en estado gaseoso. Las consecuencias de esta
insuficiencia fueron graves. Precisaba renunciar a la hipótesis atómica o bien
admitir que los átomos, en ciertos casos, podían "despedazarse" (es
decir, renunciar al concepto de átomo), o admitir como erróneos todos los datos
experimentales.
Avogadro encontró la forma de conciliar los resultados
experimentales de Gay-Lussac con la teoría atómica de Dalton: propuso que las
partículas de los gases elementales no estaban formadas por átomos simples,
sino por agregados de átomos a los que llamó moléculas, palabra que procede del
latínmoles y que significa "masa". "Moléculas elementales"
en el caso de cuerpos simples, formadas de átomos de la misma especie;
"moléculas integrantes" en los casos de cuerpos compuestos, formadas
de átomos de especie diversa. Así, pues, los gases están formados por moléculas
(concepto que aparece por primera vez con el principio de Avogadro) y éstas se
escinden en átomos cuando dos gases reaccionan entre sí. De este modo era
inmediato explicar la ley de Gay-Lussac sin más que admitir que las moléculas
de los gases elementales son diatómicas: las previsiones teóricas concordaban
perfectamente con los resultados experimentales.
La celebre memoria de Avogadro, que casi pasó inadvertida en
su época, fue dada a conocer al mundo científico por Estanislao Cannizzaro, en
el Congreso de químicos celebrado en Karlsruhe en 1860. Fue la base de la
"reforma" de Cannizzaro, con la cual la ciencia pudo finalmente,
después de medio siglo de tentativas, compromisos e incertidumbres (puede
decirse que de crisis), adquirir un concepto y un método seguro para la
determinación de los pesos atómicos y de las fórmulas de composición de las
sustancias.
Consecuencia inmediata de la ley de Avogadro fue la
posibilidad de determinar el peso molecular de las sustancias en estado
gaseoso. La misma ley, aplicada a las soluciones, constituye la base de los
métodos de determinación de los pesos moleculares de los sólidos, como quedó
demostrado con los célebres trabajos de Pfeffer, Van t'Hoff, Régnault o De
Vries. Otra consecuencia importante de la teoría de Avogadro es que al tomar de
cada sustancia un peso (en gramos) expresado por el peso molecular, tomamos
siempre un número igual de moléculas; es decir, en el orden de tamaño de la
escala humana, puede trabajarse con cantidades que en la escala corpuscular
corresponden a las moléculas. La químico-física moderna está basada esencialmente
en la teoría de Avogadro.
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